El banco para hablar

El banco para hablar
El banco para hablar

sábado, 16 de enero de 2010

El payaso de las bofetadas



EL poeta prometeico



Las revoluciones se hacen y se seguirán haciendo en la historia contra los tramposos: no solo contra el capitalista, el señorito y el mercader, como quieren alguno, sino contra el historiador tramposo, contra el arzobispo tramposo y contra el líder tramposo también.Las revoluciones se hacen para restaurar la justicia y para colocar a cada hombre en su lugar. No se hacen tan sólo para resolver un problema de desigualdad económica y social, sino para resolver el gran problema del hombre. Y no se hacen solamente contra las dictaduras humanas, sino contra la dictadura de las estrellas también.
Estrellas, estrellas dictadoras nos gobiernan.
Las revoluciones se hacen contra el silencio de los dioses y los designios implacables de los hados sobre todo.
Y no las hacen las masas ni los tiranos. Las hace el hombre. No un hombre singular, sino el hombre. El genio poético y prometeico que está en potencia, dormido en todos los seres humanos y que tiene que despertar el gran líder, no el gran demagogo . El gran demagogo es el que habla al hombre de felicidad, y despierta en él el egoísmo y la concupiscencia; el gran líder es el que habla de sacrificios y despierta en él el heroísmo.




...No se puede hacer ninguna revolución mirando a la tierra solamente. Si luchamos por el pan nada mas, solo habrá guerras y rapiña. Y la historia no será más que un eterno "quítate tú de ahí para que me ponga yo".

Mañana al mundo lo gobernarán los poetas.

...¿A qué poetas me refiero yo?


...El genio poético-prometeico es aquella fuerza humana y esencial que en los momentos fervorosos de la Historia puede levantar al hombre rápidamente,
de lo doméstico a lo épico,
de lo contingente a lo esencial,
de lo euclidiano a lo místico,
de lo sórdido a lo limpiamente ético.

...El poeta no es aquel que juega habilidosamente con las pequeñas metáforas verbales, sino aquel a quien su genio prometeico despierto le lleva a originar las grandes metáforas:
sociales,
humanas,
históricas,
siderales.
Don Quijote es un poeta de esa clase. Es un poeta activo y de transbordo. Y se diferencia de todos los demás poetas ordinarios del mundo en que quiere escribir sus poemas no con la punta de la pluma, sino con la punta de la lanza.

Allí donde está la imaginación ha de estar la voluntad en seguida,
con la espada,
con la carne,
con la vida,
con el sacrificio,
con el ridículo,
con la pantomima,
con el heroísmo,
con la muerte...




...La historia la hacemos entre los dioses y los hombres.
Y cuando los dioses se duermen por cansancio o por astucia, es cuando más ha de vigilar el hombre. Y dar la señal de alarma. La señal de alarma la da siempre el poeta prometeico


21 comentarios:

  1. Das aquí un montón de temas para la reflexión y un homenaje sentido a un poeta que se revaloriza día a día, quizás porque la gente esté ya cansada de demagogos y de palabrería. Sólo un inconvenitente para los tiempos que corren: ya difícilmente podrá haber verdaderos líderes, porque son los movimientos sociales, las colectividades, las que se levantan contra los atropellos y ponen tras el pequeño caso local la mira amplia de la utopía. Haciendo política local (en el buen sentido de la política, de polis, de ciudadanos) se hace política global.

    ResponderEliminar
  2. Siempre encuentro en tu rincón a los poetas.
    Y me encanta.

    ResponderEliminar
  3. En gran medida tienes razón. Es muy romántico de todas formas, y yo en lo referido al romanticismo tengo días: días en que lo soy más y días en que lo soy menos. Hay una cosa en la que sí pienso mucho últimamente: en la certeza de que, tarde o temprano, ha de llegar un verdadero cambio de ruta. Algo habrá de pasar, seguramente malo, que es como se anima la gente para cambiar las cosas. Pero así, así como estamos, mucho no se puede aguantar.

    También es verdad que hay veces que pienso que el cambio necesario vendrá orquestado por las alturas. Que todo lo van a tener previsto. Me fío poco, y el romanticismo se me diluye. Son capaces de organizar un gran tinglado, asegurarse ellos su puesto, y vaciar un poco el planeta, porque casi no cabemos. Un beso mooooolt fort.

    ResponderEliminar
  4. Tenemos un problema: en época de charlatanes, alguien podría decir que es demagogo. Pero mentiría. Sólo exigió compromiso. Fué sencillo canto del camino, fué peregrino, fue Quijote cuando hizo falta un quijote que gritara, se quedó sin hacienda pero se llevó la palabra (y desde entonces los dictadores no hablan), reivindicó siempre la palabra hombre y puso al hombre en el Everest.

    ResponderEliminar
  5. Como dices Clares, son muchos los hilos de tu reflexión.

    Destaco tu amor por la poesía nutricia y levantada, por ese demiurgo poetizado que todos llevamos dentro.

    Me gustó esta entrada tuya, tan sugerente.

    ResponderEliminar
  6. Delicioso tu blog.
    Me he paseado por este huerto tan bien cuidado y me he sentido reconfortada.
    Gracias.
    Un beso

    ResponderEliminar
  7. No creo en las revoluciones, ya no. Y tampoco creo que tenga futuro el hombre prometeico. No me importa si lo dice el poeta zamorano o el vasco afincado en Salamanca.
    El futuro, el nuestro, el de todos, está en manos de los poetas, los místicos, los quijotes…, si se lo permiten los que deciden lo que importa desde altos despachos de la City.

    Hubo no hace mucho un tipo raro que lo parecía. Se llamaba Lluis Xirinacs y fue parlamentario. Algo después apareció otro, Juan Antonio Labordeta. Ahora se retira, con su mochila al hombro, o sin ella, que ya no sé si el peso le permite dar el paso.

    Antes hubo otros y otras. Nada parece haber cambiado, aunque somos muy distintos a lo que fuimos.
    Ya no sé si surgirán más, no son estos tiempos buenos para la lírica.

    ¿Sabes qué? Por tu culpa he dado con un libro raro, eso creo yo. Se titula “El lenguaje bíblico en la poesía de los exilios españoles de 1939”, escrito por Mónica Jato. Ahí se dice lo siguiente:

    Cristo, Don Quijote, Edipo y, más tarde, Job y Jonás, son los héroes que León Felipe va a utilizar para personificar al poeta prometeico u "hombre heroico". A estos héroes les atribuye la capacidad de transbordo, ya que "la metáfora poética desemboca entonces en la gran metáfora social" y el heroísmo, que les permite luchar contra la dictadura de las estrellas. De esta manera, el genio poético de Don Quijote transforma el mundo vil y grotesco de la venta en un mundo bello y noble, que es lo que debería ser en realidad: «Porque no hay más que una hazaña en toda la crónica: el trastueque, el transbordo de un mundo a otro mundo; de un mundo ruin a un mundo noble. Aparentemente no es más que una hazaña poética, una metáfora. Pero es una hazaña revolucionaria también, porque, ¿qué es un revolución más que una metáfora social?»

    El hombre heroico es el que ha de afrontar la propia búsqueda de su identidad, el que se atreve a preguntar, trágicamente:

    «El hombre heroico es lo que cuenta.
    El hombre ahí,
    desnudo
    bajo la noche
    y frente al misterio,
    con su tragedia a cuestas,
    con su verdadera tragedia
    con su única tragedia;
    la que surge
    la que se alza
    cuando preguntamos,
    cuando gritamos al viento:
    ¿Quién soy yo?
    Y el viento no responde
    y no responde nadie.
    ¿Quién soy yo?… Silencio… Silencio…
    Ni un eco… ni un signo…»


    Ya ves Laura, mi niña, el follón en el que me has metido, nos has metido a todas y a todos.

    ResponderEliminar
  8. Labordeta se llama José Antonio, no pretendía cambiarle el nombre a estas alturas. Ha sido un error de escritura y de este trasto, me refiero a Word, que se adelanta a escribir lo que uno está pensando.

    ResponderEliminar
  9. .. y ellos son, los poetas de esa estirpe, los que redimen a los demás, pobres humanos sin perspectiva.

    ..ellos son los que nos hacen sentir emociones que conectan con lo más esencial del "ser humano",

    ..ellos son los que nos animan a revolucionarnos en pro de un futuro más noble para la humanidad, para todos los seres que componemos la "humanidad",

    ..ellos son nuestro quijotes tangibles, cercanos, próximos.

    Miguel, con tu permiso, te copio para terminar:

    «Porque no hay más que una hazaña en toda la crónica: el trastueque, el transbordo de un mundo a otro mundo; de un mundo ruin a un mundo noble. Aparentemente no es más que una hazaña poética, una metáfora. Pero es una hazaña revolucionaria también, porque, ¿qué es un revolución más que una metáfora social?»

    Laurita, muy intensa te me has puesto o soy yo la que me lo he tomado así, sea como fuere y como dice Míguel, vaya lío guapa, yo quería seguir con "intensidades" con las que puedo manejarme, éstas me duelen especialmente y me rebasan.

    Ale, ya, besos y eso..

    ResponderEliminar
  10. Hoy se merece un recibimiento especial a este blog una encantadora amiga mía desde hace muchos años; aunque hoy aparece como nubes-y-claros ella es el sol y el Amparo de muchas gentes.

    Enamorada de la vida, de los hombres y mujeres que merodean a su lado. Los elige sin ningún pudor y se queda con su corazón, los encandila con su bonita voz y después ya nada puedes hacer porque se queda en tu casa de por vida.

    Bienvenida queridísima amiga Amparito, besos mil

    ResponderEliminar
  11. ¡¡¡Bueno!!!! después de ese seco saludo a modo de prueba ya que no sabía entrar, estos “aparatejos”, muchas veces se resisten más de lo que debieran…..


    ¡¡Que me gusta mucho!! el recibimiento que nos da tu blog, desde ese jardín,tan bien cuidado por ti y alimentado por todos los que lo pisan, que desde el primer día ya me cautivo..…

    Dulce Laura, recibe y da un abrazo muy grande y mil besos multicolores, al Sr Juan, Joan, Ignacio,a todos los que están a tu alrededor… ale, ale a repartir..

    ResponderEliminar
  12. El hombre tiene que dejar de mirar a las estrellas y cambiar el sentido y la dirección de la mirada.

    Para que se produzca el cambio, el transbordo, el hombre tiene necesariamente que, en forma de revolución dirigirse a lo mas profundo del Ser, conectar con su divinidad y elevarse, como dice Juan, a la categoría de El Hombre- o de Hijo de Dios, que para el caso es lo mismo-; solamente desde ahí podrá convertir , como El Quijote, una venta en un palacio, podrá elevar lo doméstico a lo épico.

    Y no serán necesarios los líderes porque El Hombre Heroico se habrá convertido en el hacedor de su propio destino.

    Esta es la revolución que nos propone el poeta con esa forma suya de ver mas allá de lo evidente; dejemos de ver al hombre como un zafio y elevemos su conciencia, entregándole el compromiso último de trascender su experiencia para convertirla en una hazaña épica y mística.

    No hay ninguna revolución útil salvo esta.

    ResponderEliminar
  13. Para algunos es tarde para revoluciones, como no sean morales...
    Interesante tu artículo.
    Saludos

    ResponderEliminar
  14. Ya me parecía a mí que algo te tenía ocupada, y algo alejada de este huerto tan familiar.

    Es ley humana eso de tener que hacer rehabilitación y currar al mismo tiempo. Sé prudente y ten cuidado, no vayas para atrás en lugar de mejorar.

    Muchos besos

    ResponderEliminar
  15. Gracias Laura, si ya era perlado el contenido inicial, los comentarios desencadenados no han sido menos. Al diálogo que se va creando quiere acudir también Vicente Huidobro: en parte Altazor encarna lo que tan acertadamente comentáis.

    "Abre la puerta de tu alma y sal a respirar al lado afuera. Puedes abrir con un suspiro la puerta que haya cerrado el huracán.

    Hombre, he ahí tu paracaídas maravilloso como el vértigo.

    Poeta, he ahí tu paracaídas, maravilloso como el imán del abismo.

    Mago, he ahí tu paracaídas que una palabra tuya puede convertir en un parasubidas maravilloso como el relámpago que quisiera cegar al creador.

    ¿Qué esperas?

    Mas he ahí el secreto del Tenebroso que olvidó sonreír.

    Y el paracaídas aguarda amarrado a la puerta como el caballo de la fuga interminable."


    Altazor virtual: http://www.cervantesvirtual.com/servlet/SirveObras/46816196878469507976613/p0000001.htm#2

    ResponderEliminar
  16. Un texto precioso.
    Y más allá de haberme hecho reir la veintena de veces que lo leí, creo que el Quijote es el gran héroe que los que desean la revolución deben imitar.
    Todo el mundo pensará que estás loco, pero bien sabés que no es locura. Son las alas de la utopía. Un beso.

    ResponderEliminar
  17. Laura, ¿me escribiste y no te contesté? Ya puedes tener seguro que fue porque no recibí tu correo, que soy de los educados, ya lo sabes, y no solo contesto siempre sino que lo hago por verdadero placer y por amistad. Busca el correo y me lo vuelves a mandar, si quieres. Luego, cuando te conteste te mandaré otra dirección (la de hotmail) que es la que miro siempre, y es mi dirección de referencia y para los amigos. Un gran abrazo.

    ResponderEliminar
  18. Me ha emocionado tu entrada. Magnifico texto, excelente reflexión, lúcida, vehemente, llena de fuerza, de sinceridad y de coraje. Tu huerto se enriquece mientras evocas al poeta de Tábara, al que la estatua no hace justicia, pues le da imagen más de monje que de hombre de combate y de primera línea de pensamiento. Pero ahí está presente, reivindicando el papel del "hombre" auténtico, socialmente organizado, y ante todo la función del poeta que conduce la antorcha que ilumina el sendero a seguir. Un fuerte abrazo

    ResponderEliminar
  19. Me gusta lo que escribes. Te he leido varias entradas con sumo interes y lo que he encontrado, me ha dejado un regusto dulce de palabras. Te felicito. Con tu permiso, vendré por aquí más a menudo. Un saludo.

    ResponderEliminar
  20. Agradezco vuestros comentarios, los poetas siempre nos elevan, elevados tambien vuestros comentarios.

    Bienvenidos a los nuevos, Pulgarcito, vivoenlared, Angus, el banco siempre está ahí, disfrudad de el.

    Un abrazo cariñoso para todos.

    ResponderEliminar