"Había un hombre que tenía una doctrina.
Una gran doctrina que llevaba en el pecho
(junto al pecho, no dentro del pecho),
una doctrina escrita que guardaba en el bolsillo interno del chaleco.
Y la doctrina creció.
Y tuvo que meterla en un arca de cedro,
en un arca como la del Viejo Testamento.
Y el arca creció.
Y tuvo que llevarla a una casa muy grande.
Entonces nació el templo.
Y el templo creció.
Y se comió el arca de cedro,
al hombre y a la doctrina escrita que guardaba en el bolsillo interno del chaleco.
Luego vino otro hombre que dijo:
El que tenga una doctrina que se la coma,
antes que se la coma el templo;
que la vierta, que la disuelva en su sangre,
que la haga carne de su cuerpo...,
y que su cuerpo sea
bolsillo,
arca
y templo".
"Ganarás la Luz". León Felipe.
Gracias porque pudimos compartir con plenitud el Templo que TODOS somos.
Laura.... ¡que fragmento tan bello!, recuerdo perfectamente el instante de su lectura.
ResponderEliminarSensibilidad rezuman tus palabras, riqueza en tus sentimientos, en tu interior, generosidad,luz en los episodios duros y sombrios de tus experiencias...me ha encantado conocerte.
Te mando un beso.
Una hermosura, realmente. las doctrinas deben ir derecho a las manos y sii no de qué sirven? Un abrazo.
ResponderEliminargracias por poner el bonito relato que nos leistes, fue un placer conocerte.
ResponderEliminarun fuerte abrazo.
Gracias por estar tan cerca, gracias por compartir esos versos y por tu compañía. Bs.
ResponderEliminarTan emocionante León Felipe en este fragmento, tan educativo con respecto a las creencias y fanatismos...
ResponderEliminarMe hubiera gustado escucharte recitando, pero todo llegará.
Un grandísimo abrazo, querida Laura.
Hoy me llega más aún que el otro dia, quizá por el silencio en que lo estoy leyendo.
ResponderEliminarToda la doctrina, sea cual sea, está en nuestro interior
besos
Hola Laura:
ResponderEliminarMuchas gracias por pasar por el château. Ya habrá otras oportunidades
Ya veo que lo pasaron chévere ;D
Saludos
Hombre, como no me voy a acordar de cuando nos lo leíste... Debo confesar que no lo conocía, y que conozco poco del pobre León Felipe, que en unos años va a ser revalorizado (siempre pasa así, se mueren, pasan unos años, y entonces alguien vuelve a ponerlos sobre la mesa si lo merecen... y por lo poco que conozco de él, estoy convencido de que lo merece).
ResponderEliminarLa emoción fue escucharlo de tus labios en Barcelona, en unos momentos casi mágicos. Ya sabes que para mí fue muy importante darte un abrazo, Laura.
Veo que Ramón, ya te dice lo que yo te iba a escribir. Noda sobre Leon Felipe, y espero, poder descubrirlo paco a poco.
ResponderEliminarLo mismo me pasó a mi contigo. Venias cargada de besos de mi quedrida Isabel, y solo con eso, pero hubo mas, ya tu abrazo fué muy especial, le tenia ganas. de veras. ¡¡¡Que dia tan completo el 10 de Marzo!!! la gran cita BB.
te envio, un sonoro y cariñoso beso.
Y el poeta continúa escribiendo en "Nueva Antología rota":
ResponderEliminar"Esta parábola nació apoyándome en el versículo XXI del Capítulo II del Evangelio de San Juan, donde se dice: «Mas Él hablaba del templo de su cuerpo»… Y también se apoya en el versículo IX del Apocalipsis, que dice así: «Y tomé el libro de la mano del Ángel y me lo comí».
San Juan es el apóstol de la Poesía… de la Poesía sin templo… Era la verdadera doctrina de Jesús para la que aún no estaban maduros los hombres… pero está escrito que Juan será llamado un día para sustituir a Pedro.
Cuando Pedro se muera definitivamente… vendrá Juan a ser el representante de Cristo en la Tierra… Este momento está cerca ya… y alguien os lo explicará algún día iluminadamente… Ya hay signos hoy que anuncian la llegada de esta hora… Porque los templos viejos de piedra o de Pedro, que el hombre edificó ayer con el fervor de su corazón… se caen, o el hombre mismo los derriba. Luego ya no sabe levantarlos… ¡Y el hombre de hoy… es un gran arquitecto!… maneja el hierro como el bambú… y tiene un cemento dócil… blando al principio como la cera… y luego duro como el pedernal… Tiene también una plomada larga con la que ha levantado palacios soberbios, rascacielos inmensos, cines colosales, bancos imponentes… pero no ha podido construir ya una catedral.
Tampoco en esta cuenca del Plata he visto iglesias… No he visto iglesias nuevas de verdad… en ningún pueblo de América."
Más adelante continúa…
"He visto iglesias hechas por mercaderes para dar sobra y respaldo a mercaderes…"
Y añade aún…
"Poetas americanos… nobles poetas de las riberas del Plata… esperad vuestra hora…"
Si os sirvió la parábola de León Felipe en vuestro amistoso encuentro, me congratulo, Laura. Con ella, como afirma él mismo, con la parábola "el camino se hace corto entre el Hombre y la Luz".
Sabes que te quiero. Besos.
Es precioso Laura, lo recuerdo. Solamente el amor crece y se expande. Un beso,
ResponderEliminarFue un gran momento cuando la leíste allí delante de todos en la reunión de amigos.
ResponderEliminarGracias Laura por ser y por estar.
Son estos buenos momentos de la vida y de las personas lo que la convierte en algo apasionante.
Un beso y un abrazo
Gracias a todos/as por vuestros comentarios.
ResponderEliminarFue un encuentro mágico porque todos los participantes así lo propiciaron.
Un abrazoooooo para todos/as