El banco para hablar

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El banco para hablar

sábado, 26 de octubre de 2013

EL ÁNGEL EXTERMINADOR



A esa hora, las tres y cuarto de la tarde, el comedor está lleno.
Entran las dos juntas, cogen la bandeja para servirse y pregunta la Dra. ¿qué hay de segundo Pablo?, una voz desde la cocina le canta, estofado de ternera, pollo al horno, pescadilla rebozada y merluza a la plancha.
Dra.-¿Tu qué quieres Pilar?
 Pilar .-Voy a comer una ensalada y merluza.
Dra.- Pues yo lo mismo.
 Ambas recogen los cubiertos, la servilleta, una botella de agua, la fruta y con la comida servida otean el espacio buscando un hueco libre.
Pilar.-¡Madre mía quién está de guardia hoy!, no se como lo vamos a hacer.
Dra.-No te preocupes me quedaré  en la biblioteca hasta las siete, tengo que enviar un artículo al grupo de investigación del cáncer de pulmón.Al fondo hay una mesa libre, ahí estaremos mas tranquilas aquí no hay quien se entienda.
Se sientan en la mesa una frente a la otra, desde la ventana se ve toda la montaña, los árboles han empezado a cambiar el color de las hojas, el otoño ya está a la vista.
P.- Cuéntame lo de la planta.
 Mientras habla mira a los ojos de la Dra. y espera para poder comer la ensalada.
Dra.-Ha ingresado Pedro ayer por la tarde y quiere verte, su familia ya está arriba esperando, a la que veo mas afectada es a Carmen, su hijo está tranquilo pero yo creo que no se da cuenta de lo que pasa.
P.-¿Has hablado con las enfermeras de la tarde?
Dra.-No, estaban dando el relevo pero le he comentado a la supervisora que se le retiraran el suero y las sondas, no se si les habrá dado tiempo a hacerlo.
P.-Por eso no te preocupes, cuando suba si no se lo han retirado ya lo haré yo. ¿Has podido hablar con Pedro?.
Dra.-Si, le he preguntado sobre el dolor, me dice que no tiene, que todo está bien, de lo demás solo quiere hablar contigo, dice que ya lo tenéis acordado desde hace tiempo y que ha llegado el momento.
P.-¿Vas a subir conmigo?
Dra.-No, sabes lo que pienso, es superior a mi, me acuerdo de la muerte de mi padre y mira no puedo hacerme el ánimo, lo que me pregunto cada día es como tu puedes con esto.
P.-En realidad yo tampoco lo sé pero lo hago y me siento bien.
Acaban de comer y la Dra. se va a la biblioteca

Pilar se dirige al despacho de enfermería que hay en el hospital de día donde trabaja, al abrir la puerta se encuentra con Amparo que como cada día está limpiando el despacho
Amparo.-Hola Pilar, ¡qué nos tomamos el cafelito!
P.-Hoy no puedo Amparo, ¿te queda mucho?
A.-Acabo de empezar, he tenido que ir a urgencias y se me ha complicado, mi David te manda recuerdos y dice qué cuando tendrás un rato para charlar con él, la verdad lo tienes encandilaito, siempre estas liada, la Dra. y tu sois las últimas en salir del hospi ¡ pero si no lo vais a heredar!.
P.-Bueno Amparo ya hablamos otro día tengo un poco de trabajo, recuerdos a David.

Pilar piensa donde meterse un rato para tener sosiego unos minutos, en la capilla no habrá nadie a estas horas, baja al sótano y ¡bien! la puerta está abierta , no hay nadie. Una tenue luz ilumina el altar.
Se sienta en el último banco de la izquierda, comienza a respirar, el silencio es total. Apoya su mano derecha sobre el vientre y nota como la respiración hincha y afloja su abdomen, continúa respirando, todo es quietud. La alarma del reloj la trae de nuevo al banco de la capilla. Respira tres veces, mueve suavemente las manos y los pies y sale de la estancia.
Sale al pasillo enfrente del ascensor, la flecha de bajada está encendida, se abre la puerta y sale una mujer que pregunta¿sabe donde está la capilla y si está abierta? Si, está a mano derecha.

Pilar entra en el ascensor, pulsa la tecla de 6ª planta oncología, en mitad del camino se abren las puertas en diferentes plantas, la gente sube y baja saludando con cortesía.
Al pasar por el control de enfermería se encuentra con una antigua alumna.
P.-Hola Elena ¿como estás?
 Elena.-Mira tengo trabajo así que contenta ¿qué vienes a ver al del 604? puf..., ¡ya he metido la pata...uy!, quería decir Pedro, se llama Pedro ¿verdad?.
P.-No tengo tiempo Elena, me alegro que tengas trabajo ¡me has recordado a mi misma hace 30 años!

En la puerta de la habitación 604 están Carmen con un pañuelo en las manos secándose las lágrimas y los mocos, a su lado su hijo Jorge cogido a la mano de Ana, su mujer.
P.-Hola Carmen -abraza a la mujer, sosteniendo la cabeza de ella en su hombro-, llora, llora cuanto necesites, entiendo..., sus ojos se llenan de lágrimas cayendo suavemente por las mejillas hasta dar con la boca, otra vez el sabor salado de...la sal de la tierra.
Carmen.-Jorge está toda la noche conmigo. 
Señala a su hijo que se desprende de su mujer para saludar a la enfermera, después viene Ana, siempre hay abrazos de cariño, de afecto, de ternura.
P.-Tienes suerte Carmen, no siempre la familia entiende y acompaña en estos momentos.¿Queréis qué entremos ahora o queréis esperar un poco?
C.-No entra tu sola, Pedro te está esperando.

La enfermera entra en la habitación y observa que Pedro continúa teniendo el suero puesto, la sonda nasogástrica, probablemente tenga conectada también la sonda vesical.
P.-¡Buenas tardes Pedro! 
Se acerca a él y le besa en la frente al tiempo que le da la mano, los dos mantienen las manos unidas un tiempo 
P.-¿Cómo va todo? ¿quieres qué me acerque un poco mas?
Pedro habla entre susurros.
Pedro.- si acércate, no tengo muchas fuerzas, ha llegado el momento y no me han quitado todo esto -mira su brazo derecho -fijaté como tengo el brazo de hinchado, sigo con las sondas y...
 No puede continuar hablando, dos lágrimas caen lentamente de sus ojos hasta la almohada.
P.- Bueno vamos a quitar todo esto y después vemos que hacer ¿quieres que te las quite yo o llamamos a Elena ?
Pedro.-No me importa quien me las quite, pero por favor quitarme todo.
P.-Salgo al control y ahora vengo, ¿quieres que entre tu familia? ummm, otra cosa ¿necesitas hablar con algún capellán o con alguien especial?
Pedro.-No quiero ver a nadie hasta que no me quitéis esto, los asuntos con Dios los tengo muy bien colocados y con los hombres no tengo ningún asunto pendiente, gracias de todos modos.
Pilar vuelve con guantes, batea, jeringas, apósitos, crema; poco a poco va retirando, primero el suero, después la sonda de la nariz y por último la sonda urinaria.
P.- Voy a ponerte una crema en el brazo que aliviará la tirantez, si te parece mientras te doy el masaje podemos hablar.
Pedro.-Si, llama a mi familia quiero que estén presentes.
La enfermera llama a la familia mas allegada, entran Carmen su hijo y su nuera.
Pedro.-Acercaos un poco, hace un tiempo mientras estaba en hospital de día, hablé con Pilar de cómo quería irme de este mundo, ha llegado el momento. Ella irá hablando para que me relaje y pueda irme en paz. Ya sabéis lo mucho que os quiero, cuando yo no esté apoyaos en los momentos duros y disfrutad de los buenos, gracias por haber compartido la vida conmigo, todo está bien tenéis que dejarme ir, ya no puedo alargar mas esta situación, para mi morir es abandonar el dolor y descansar.
Carmen llorando, le besa en los labios mientras Jorge lo hace en la mano, en la frente y Ana le besa la mejilla y le dice ¡hasta siempre papá!.
Pilar le besa en la frente, le da las gracias y se acerca a su oído derecho:
P.-¿Quieres qué empecemos?
Pedro.-Si.
P.-Si quieres puedes cerrar los ojos suavemente, centra tu atención en la respiración, nota como el aire entra y sale por la nariz...ahora centra la atención en tus pies, nota como están apoyados en la cama...nota las pantorrillas...los muslos...
Pilar va relajando cada una de las partes del cuerpo de Pedro de abajo arriba, hasta que llega a la coronilla, en ese momento se calla. Deja que el silencio llene la habitación, solo se oye el llanto suave de la familia y la respiración casi imperceptible de Pedro- recuerda lo pactado tiempo atrás con el paciente-,la voz de la enfermera de forma suave pero clara se oye en la habitación.
P.- Centra la atención en el punto de luz que aparece en el horizonte, ve en su búsqueda, no te entretengas, la luz te espera, ve en su búsqueda, ve en su..., ve en....
 Se hace un silencio total, durante un periodo intemporal.
Después en la cara de Pedro aparece una sonrisa y... deja de respirar.
Carmen pregunta ¿ya está? y rompe a llorar mientras abraza a su marido. Jorge y Ana se abrazan juntos, Pilar sale de la habitación, respira hondo mientras camina hacia el control de enfermería.

Aparece una auxiliar de enfermería a la que Pilar no conocía.
P.-Pedro ha fallecido, la familia quiere vestirlo, necesito el carro para ayudar a amortajarlo, necesito compresas para lavar su cuerpo, alcohol de romero, pinzas para taponar los orificios y algodón; por favor llamar a la biblioteca la Dra. está al tanto y firmará ella la defunción.
Se niega porque hay un protocolo de actuación, hay que avisar al Médico de guardia y a los celadores para que lo bajen al mortuorio.
Aux.-aquí no se amortaja a nadie.
P.-Bien, entonces llama al Jefe de la guardia, el paciente está en una habitación individual y a nadie molesta esto.
En ese momento sale de una habitación Elena- la enfermera- y pregunta ¿qué sucede?
P.-Quieres explicárselo tú- se gira a la auxiliar- o se lo cuento yo.
Elena.- (con signos evidentes de nerviosismo se dirige a Pilar), lo siento es nueva y no está acostumbrada a esta forma de actuar.
 Le hace gestos a la auxiliar para que entre en el cuartito de enfermeras.
P.- Por favor Elena avisa a la Dra. a la biblioteca, tiene que firmar la defunción.

La Dra. no tarda ni cinco minutos en llegar.
Dra.- ¡Qué rápido!, no me lo explico, hace tres horas ¿no?
P.- Estaba muy avanzado el proceso y Pedro muy preparado para morir, se ha quedado dormido.
Dra. -Pilar entra conmigo.
P.- Espera voy a coger el carro.
Se encaminan juntas hacia la habitación, mientras tras ellas el rumor de una conversación entre  Elena y la auxiliar se aleja de su campo auditivo.
Los siguientes momentos son de seguir el procedimiento, la Dra. ausculta a Pedro, se hace un electrocardiograma, se da el pésame a los familiares, se firma el certificado de defunción y se avisa a la funeraria.
Mientras en la habitación se limpia, amortaja y viste el cuerpo de Pedro en silencio, con respeto.
Pilar se despide de la familia con abrazos.

 Baja al despacho de hospital de día ahora cerrado, saca del bolsillo la llave y mientras abre la puerta empieza a llorar en silencio, cierra la puerta tras de si con llave y se sienta en una silla, casi no hay luz. Pone la mano derecha en la zona del corazón, nuevamente respira, una y otra vez hasta que la emoción se aquieta. Y da gracias a Pedro por el regalo enorme que le ha hecho, le ha enseñado como se muere con dignidad, da gracias por todos los dones que le ha concedido la Vida, su Agradecimiento va mas allá del infinito.

Se cambia de ropa en el vestuario y sube para irse a por el coche.
En el hall de la entrada están el retén de celadores.
Pilar se despide, buena guardia ¡hasta mañana!
Detrás de ella una voz suena clara “ ya han bajado el fiambre al mortuorio, y por ahí va a la que llaman El Ángel exterminador”.
No se gira, no se da la vuelta, baja la cabeza y sonríe.

Al salir a la calle aparece ante sus ojos una hermosa puesta de sol.





(Un día de trabajo en el hospital)

 Laura del Pozo Alonso




23 comentarios:

  1. Me acercas recuerdos de situaciones parecidas en mi profesión. ¡que dificil decidir cuando es el momento!.
    Un final que me ha impactado con la expresión de "angel exterminador"...¿Que sabe nadie para etiquetar?.
    Un beso Laura.

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  2. Me decía un médico amigo que el hospital es lugar para curar, no para morir. Cuánto mejor que Pedro hubiera vuelto a casa, y allí, acompañado de los más cercanos e incluso celebrándolo como hizo Enrique en una despedida entrañable, se hubiera ido.
    Pero parece que eso ya no se estila, y hay que volver a estar entubado y enchufado a miles de artilugios para no poder evitar, aunque sí atrasar, lo inevitable.
    Aunque no se quiera reconocer, el exacerbamiento clínico se da, tanto en el personal médico/sanitario como entre los familiares de los enfermos o ancianos.
    Eutanasia no es matar, sino ayudar a una buena muerte, la mejor posible para cada persona.
    Lo has hecho muy bien, Laura. Me ha gustado tu delicadeza en esta entrada.

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    1. Quise decir distanasia (también conocida como encarnizamiento o ensañamiento terapéutico), pero en ese momento no me salía. Aún así creo que se entendía…

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    2. Estoy de acuerdo con tu amigo médico.
      En el caso que hemos visto,-no estaba previsto el ingreso hospitalario- a Pedro lo tuvieron que ingresar porque tenía una obstrucción intestinal, debido a la presión del cáncer sobre el intestino y vomitaba heces, se tenía que colocar una sonda nasogástrica y vaciar el contenido para que el paciente no tuviera que pasar por esa situación, pero una vez que estuvo solucionado el problema, el paciente quería que se respetaran sus derechos de morir sin mas intervenciones y los hospitales tienen que garantizar que esto se cumpla por encima de protocolos, creencias y/o deseos del personal sanitario y cuando digo sanitarios incluyo desde auxiliares de enfermería, celadores, hasta jefes de servicio y catedráticos.
      En todos estos años de experiencia hospitalaria he podido ver con espanto como se trataban los cuerpos de personas fallecidas en el mortuorio por parte de los celadores, fumando puros, hablando del partido de futbol del día anterior, mientras movían de cualquier forma el cuerpo como si se tratara de un fardo.
      El respeto tiene que ser una máxima en las relaciones humanas, trabaje uno en lo que trabaje, conozco labradores que son exquisitos con la tierra y con las personas, es algo que admiro.

      Gracias y besos

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    3. Pues le han jubilado a la fuerza. Toda su vida ahora y su experiencia como médico están disponibles, pero parece que no interesan a nadie. Es quinto mío, y creo que hasta fuimos compañeros de pupitre o algo así.
      Respecto de lo que dices sobre el trato con los cuerpos de los muertos, me has hecho recordar una escena con la que comienza "Cuerpos y almas", de Maxence van der Meerch, en la que estudiantes de medicina en prácticas están celebrando una orgía en el laboratorio, y se arrojan unos a otros restos de los cuerpos diseccionados. Cuando lo leí quedé impresionado. Luego, la lectura se humanizó, y la novela revela a un médico muy humano que se vuelca en el cuidado y curación de los enfermos en los barrios marginales de la Francia de comienzos del siglo XX.
      Luego he leído otras cosas parecidas o diferentes, y he llegado a la conclusión de que aún estamos en vías de llegar a lo que puede ser el ideal de la humanidad.
      En lo personal te puedo decir que con mis padres tuvieron un trato muy respetuoso y dejaron que los hijos hiciéramos lo que era su voluntad.

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    4. Querido amigo, entiendo que cuando se hace donación de un cuerpo para prácticas previamente este cuerpo se mantiene durante un tiempo en la morgue y después utilizan diferentes líquidos para mantenerlo en condiciones antes de las prácticas.
      Lo que a mi me han enseñado mis maestr@s, durante el proceso de morir y muerte, se tardan tres días para que la energía de la persona “salga completamente del cuerpo”, por eso es muy importante que la manipulación del cuerpo en los momentos posteriores a la muerte se haga con sumo cuidado, todavía hay energía en ese cuerpo,recuerda el pasaje de Lázaro, “ mujer ¿porqué te afliges?, todavía no se cumple el tercer día”, es decir el cuerpo de Lázaro todavía estaba en tránsito.
      En las tradiciones orientales- sobre todo en el budismo-, este trance es de vital importancia,porque el alma está pasando por los bardos, después el cuerpo se incinera para ser repartido en tres partes, una se extiende en la tierra, otra en el agua y otra en el aire. Así se cumple la tradición de no reencarnarse otra vez en la misma persona.

      Tus padres tuvieron mucha suerte, vosotros cumplisteis sus últimas voluntades, que es lo que en conciencia se tiene que hacer.
      Sea como fuere me reitero, el respeto como máxima a la hora de hacer.

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    1. Busca MªJesús, seguro que hay alguno/a cerca de ti, no lo dudes

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  4. Más ángeles, menos doctores... Un abrazo.

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    1. A cada uno lo suyo, hay a quien les toca la responsabilidad de curar enfermedades y a otros nos toca solo cuidar.
      Conocí a una enfermera egipcia de creencia sufí, Hend-abdel-ald, una hermosa mujer que hablaba de lo que representaba cuidar “ es como el agua Laura, se va adaptado al envase que lo contiene, puede tener la forma de un vaso o de un océano, siempre es flexible, siempre toma la forma que se necesita, no tengas esquemas, fluye ante la necesidad que tengas frente a ti” Realmente sabia.
      Otro abrazo para ti

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  5. Querida Anna, en nuestra profesión cada día se dan casos iguales al que he contado.
    ¿Cuándo y cómo decidir el momento ?, no lo se, pero de cualquier forma creo que cada vez tenemos que dejar el protagonismo a quien lo tiene, la persona que está en esa circunstancia de tránsito de vida, los profesionales- es mi creencia- tenemos que ponernos a su servicio para hacer lo que favorezca que ese tránsito sea lo mas adecuado posible.

    Durante mis 40 años de experiencia profesional,mi vida ha cambiado mucho y se ha visto reflejada en el cambio personal al plantearme muchos aspectos de mi quehacer como enfermera.
    Cuando empecé a trabajar para mi era importante que ningún paciente muriera en mi turno, yo lo vivía como un fracaso ¡ pobre la Laura de entonces, creía que la vida y la muerte dependía de ella! ¡ cuánta ingenuidad!. También identificaba a los pacientes con el número de su cama o con su diagnóstico médico, todo ello tenía un mismo origen el MIEDO a estar próxima a la situación de dolor- ya fuera físico, emocional o espiritual-y a la situación de muerte.
    Con la ayuda de verdaderos maestros- los pacientes que he tratado- y a demás de buscar en expertos como Teresa Piulach i Moles, Nuria Carsí, Kubler-Ross, Anji Carmelo, etc...,puedo acompañar de forma honesta a personas en situación de muerte.
    Como has podido imaginar a estas alturas, a Pilar la tengo muy cerca.
    Durante cinco años Pilar tuvo que aguantar el apelativo de ángel exterminador cada vez que una persona necesitaba de su intervención en el hospital, hoy ya no trabaja en el ámbito hospitalario y puede hacer el acompañamiento de forma íntima en casa de los pacientes.

    Un abrazo

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  6. Querida Laura que maravilla como has descrito esa experiencia en el hospital, cuantos profesionales de la sanidad hacen falta con la H de humanidad, tienen muchos conocimientos para cuidar el cuerpo, pero tan pocos para cuidar el alma. Y es tan importante como decia Platón, tenemos que cuidar el alma si queremos que la mente y el cuerpo funcionen correctamente. Y mucho más en los últimos momentos de vida en este mundo, que fundamental es tener alrededor seres que te comprendan y te ayuden a realizar el tránsito del modo más sencillo y rodeado de tus seres queridos con los asuntos pendientes resueltos, sin apegos ni anclajes, dejándose ir hacia ese misterio impenetrable e insondable que llamamos "muerte" y que sólo es cambio hacia otra dimensión, porque la energia ni se crea ni se destruye, simplemente se transforma.
    A continuación unos párrafos sobre el silencio.
    Dependemos de la naturaleza no solo para nuestra supervivencia física. También necesitamos a la naturaleza para que nos enseñe el camino a casa,el camino de salida de la prisión de nuestras mentes.
    Nos hemos perdido en el hacer, en el pensar, en el recordar, en el anticipar: estamos perdidos en un complejo laberinto, en un mundo de problemas.
    Hemos olvidado lo que las rocas, las plantas y los animales ya saben. Nos hemos olvidado de ser: de ser nosotros mismos, de estar en silencio, de estar donde esta la vida: Aquí y Ahora.

    Llevar tu atención a una piedra, a un árbol o a un animal no significa pensar en ellos, sino simplemente percibirlos darte cuenta de ellos.
    Entonces se te transmite algo de su esencia. Sientes lo profundamente que descansa en el Ser, completamente unificado con lo que es y con donde esta. Al darte cuenta de ello, tú también entras en un lugar de profundo reposo dentro de ti mismo.

    Cuando camines o descanses en la naturaleza, honra ese reino permaneciendo allí plenamente.
    Serénate. Mira. Escucha. Observa como cada planta y animal son completamente ellos mismos. A diferencia de los humanos, no están divididos en dos. No viven a través de imagines mentales de sí mismos, y por eso no tienen que preocuparse de proteger y potenciar esas imágenes.

    Abrazos
    Encarnita Sánchez


    Todas las cosas naturales, además de estar unificadas consigo mismas, están unificadas con la totalidad. No se han apartado del entramado de la totalidad reclamando una existencia separada: “yo”, y el resto del universo.

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  7. Así es Encarnita cuando se vive la no-dualidad, todo se percibe de forma diferente.
    Vives las emociones o los pensamientos del ego pero no te apropias de ellos, pasan a través de ti, pero no eres tu, porque el Ser es lo que no se es.
    Pilar -en el relato- hace silencio y meditación antes y después de estar, para poder hacer sin apropiación de lo que hace.

    La naturaleza es una gran maestra si tenemos ojos y oídos para observar y entender el mensaje.

    Recibe también mi abrazo.
    Creo que con todo lo que sabes podrías abrir un blog y sacar todo lo que tienes dentro de ti, sería un regalo para los posibles lectores. Tienes a tu lado a David que podría ayudarte a crearlo.

    De nuevo te abrazo

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  8. A mí también me gustan los ángeles que ayudan a bien morir. En algunas ocasiones los hubiera necesitado para familiares muy cercanos, la verdad.
    Tu narración, Laura, transpira serenidad y eso hace que el hecho de la muerte no sea tan trágico, sino algo aceptado, inevitable y que se afronta con entereza.

    Un beso enorme, querida amiga, que aquí continuo, paciente, y asumo y me entrego a esta nueva experiencia, sobre todo para que pase pronto.

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    1. Isabel a nuestro lado viven bajo el traje- que a todos nos cubre-, infinidad de ángeles que hacen de su trabajo una forma especial de ver la vida. Lo opuesto a la vida no es la muerte, lo opuesto a morir es nacer y puesto que todos los aquí presentes hemos nacido, moriremos, tarde o temprano, es inevitable. Cuanto mas pronto nos demos cuenta de esta realidad mas pronto viviremos el presente de forma última, porque no “sabemos ni el día ni la hora”.
      Vivir el presente es pura pasión. Siento que el tuyo está lleno de esa pasión, por tu forma de escribir.

      Es de sabios tomar la decisión que has tomado, siempre tendrás el enriquecimiento de una nueva experiencia a través de entregarte a vivir esa nueva realidad que ha aparecido de pronto en tu vida. En tiempos de crisis, querida amiga ¡ tu serás mas rica !.

      ¡qué tengas un buen día, estaré en la sala de espera de oftalmología acompañándote con todo mi apoyo!

      Besos

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  9. Es un magnífico relato. Me recuerda una experiencia vivida. Saludos.

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    1. Gracias Antonio.
      Espero que la experiencia le haya permitido crecer en Compasión y Amor.
      Un saludo cariñoso

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  10. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  11. Hola Laura.
    He leido tu relato, muy adecuado para estos días.
    Mi padre siempre decía y esto que era muy creyente, que no queríua sufrir mucho, si así fuese que le practicaran la eutanasia., pero murió de muerte natural, si padecer a oos 79 años a causa de una neumonía.
    Te mando muchos besos. Namasté. Paz y bien, Montserrat

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  12. Hola Montserrat, mi creencia a la hora de morir tiene poco que ver con este relato.
    Creo que cada cual tiene derecho a elegir de qué forma quiere hacer el tránsito, Pilar aquí lo deja claro es Pedro el que elige y ella se pone a su disposición para ayudarle, nada mas.
    Gracias
    Namaste

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  13. LOKAH SAMASTAH SUKHINO BHAVANTU
    SIGNIFICA :
    “QUE TODOS LOS SERES EN TODAS PARTES SEAN FELICES Y LIBRES Y PUEDAN LOS PENSAMIENTOS, PALABRAS Y ACCIONES DE MI PROPIA VIDA, CONTRIBUIR DE ALGUNA MANERA A LA FELICIDAD Y A LA LIBERTAD PARA TODOS“.
    NAMASTE
    Encarnita

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