El banco para hablar

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jueves, 3 de octubre de 2013

Lo que no tiene nombre

"Es posible que un relato como este provoque irritación o repulsión, o que sea tachado de mal gusto.
El hecho de haber vivido algo, sea lo que sea, da el derecho imprescriptible de escribir sobre ello. No existe una verdad inferior."
                                          El acontecimiento (Annie Ernaux)

Da el derecho, si. Pero me pregunto por qué lo hago.
Quizá.....
Porque.....
Porque contando mi historia tal vez cuento muchas otras.
Porque...
Porque....
Pero sobre todo porque, como escribe Millás,
"la escritura abre y cauteriza al mismo tiempo las heridas"

                                         Lo que no tiene nombre (Piedad Bonnett)


  

 
Quizá no he sabido transmitir el sentido de esta entrada,no soy yo quien pregunta nada, estoy escribiendo literalmente lo que Piedad Bonnett se pregunta en su libro.

He resaltado de sus preguntas lo que me es común de su historia, porque relata la mía propia y la de mi hijo.


En ambas hay un elemento común el suicidio de su hijo Daniel y con 15 días de diferencia el de mi hijo Ignacio.


La enfermedad mental de ambos como fondo de la decisión final de acabar con sus vidas de igual manera, precipitándose al vacío, en un último vuelo para alcanzar la libertad.


Hay personas que escriben, otras rezan, otras descansamos en la NADA,en esa NADA donde todo sucede sin apropiación, a pesar del dolor, de la frustración, del silencio...


Y ahora viene la paradoja, en el Silencio
 es donde encuentro la Fortaleza para
 continuar el camino que he de recorrer.