La dinámica de la alternancia
"Todo fluye, fuera y dentro; todo tiene sus mareas; todas las cosas suben y bajan; la medida de la oscilación a la derecha es la medida de la oscilación a la izquierda; el ritmo compensa."
Principio 5 de El Kybalion
Permitidme la licencia que, aun no siendo de Jaén, en esta entrada haga un homenaje a todos los trabajadores de los olivares andaluces, por eso la música hoy la pone Paco Ibañez y las palabras Miguel Hernandez.
Es otoño, casi aparece el invierno, este año ya ha nevado.
Para las personas que vivimos en el campo y en esta zona del Mediterráneo ha llegado el momento de la recogida de la aceituna.
Hay que salir al campo, vestirse con las galas que preceden a la recolección del fruto del olivo, es decir ponerse el ropaje que, de año en año, se guarda en el altillo esperando el momento de su uso.
Alternar el delantal de cocina, o el de las labores de costura por la camiseta de franela, el chandal, el chaleco viejo y el gorro de lana para comenzar a faenar.
Vicent y Miguel ya han traído las mantas de nylón que hay que poner debajo de los olivos, hay que estirarlas bien para que las aceitunas no se metan por los pliegues y se vayan rodando de un lado a otro.
También están interesados en el asunto de las aceitunas los perros de la casa, mas que nada porque hemos descubierto que les encantan comérselas, aunque amarguen un montón.
No hay que perder tiempo y ya estoy metida en faena peinando el olivo.
Como veis aquí, con una mano se sujeta la rama del olivo y con la rasqueta en la otra mano se peina la rama para que las aceitunas caigan en la manta que hay en el suelo.
Es artesanía en estado puro, se podría hacer mas rápido con máquinas pero nosotros lo hacemos como toda la vida se ha hecho, sin prisas, sin pausas.
Nuevamente a peinar la rama, hasta que ya no queden aceitunas en ella.
Miguel está feliz posando, él no utiliza rasqueta, ordeña con sus dedos las ramas, porque es el mas "fuerte" de todos.
En los olivos grandes las tareas están repartidas de antemano, Vicent se encarama a lo alto del árbol, Miguel hace las aceitunas de la parte media con la escalera, y a mi me dejan las faldas, que para eso soy la chica, ja,ja,ja...
Una vez que hay suficientes olivas en las mantas hay que agruparlas y vaciar en los capazos el contenido para volver otra vez a comenzar por el principio.
¿Qué pequeñas son verdad?, son un tipo de oliva -variedad blanqueta-que solo se da en esta comunidad.
Su aceite es de color dorado y con muy baja acidez, en Israel tiene mucha venta por los rituales religiosos que hacen en el Sabat.
Una vez llenos los capazos los dos hombres de la cuadrilla los transportan a hombros hasta el remolque de Vicent para llevarlas a la almazara.
Hace dos años, Vicent nos presentó a Toni y el proyecto de una Almazara con mayúsculas. Solo elaboran aceite ecológico y prestan sus instalaciones una vez procesados sus productos para que pequeños agricultores podamos extraer nuestro propio aceite, sin mezclar las aceitunas con las de nadie mas. Tienes que pagar el alquiler de la maquinaria y el proceso de envasado.
Nosotros lo dejamos almacenado en un lugar seco y aislado en un envase de acero inoxidable de 100 litros, el resto lo vendemos a la almazara.
Se me olvidaba, en el desayuno el pan integral con aceite de casa es una delicia.
"Andaluces de Jaen" de Miguel Hernández
ACEITUNEROS
Andaluces de Jaén,
aceituneros altivos,
decidme en el alma: ¿quién,
quién levantó los olivos?
No los levantó la nada,
ni el dinero, ni el señor,
sino la tierra callada,
el trabajo y el sudor.
Unidos al agua pura
y a los planetas unidos,
los tres dieron la hermosura
de los troncos retorcidos.
Levántate, olivo cano,
dijeron al pie del viento.
Y el olivo alzó una mano
poderosa de cimiento.
Andaluces de Jaén,
aceituneros altivos,
decidme en el alma: ¿quién
amamantó los olivos?
Vuestra sangre, vuestra vida,
no la del explotador
que se enriqueció en la herida
generosa del sudor.
No la del terrateniente
que os sepultó en la pobreza,
que os pisoteó la frente,
que os redujo la cabeza.
Árboles que vuestro afán
consagró al centro del día
eran principio de un pan
que sólo el otro comía.
¡Cuántos siglos de aceituna,
los pies y las manos presos,
sol a sol y luna a luna,
pesan sobre vuestros huesos!
Andaluces de Jaén,
aceituneros altivos,
pregunta mi alma: ¿de quién,
de quién son estos olivos?
Jaén, levántate brava
sobre tus piedras lunares,
no vayas a ser esclava
con todos tus olivares.
Dentro de la claridad
del aceite y sus aromas,
indican tu libertad
la libertad de tus lomas.
Andaluces de Jaén,
aceituneros altivos,
decidme en el alma: ¿quién,
quién levantó los olivos?
No los levantó la nada,
ni el dinero, ni el señor,
sino la tierra callada,
el trabajo y el sudor.
Unidos al agua pura
y a los planetas unidos,
los tres dieron la hermosura
de los troncos retorcidos.
Levántate, olivo cano,
dijeron al pie del viento.
Y el olivo alzó una mano
poderosa de cimiento.
Andaluces de Jaén,
aceituneros altivos,
decidme en el alma: ¿quién
amamantó los olivos?
Vuestra sangre, vuestra vida,
no la del explotador
que se enriqueció en la herida
generosa del sudor.
No la del terrateniente
que os sepultó en la pobreza,
que os pisoteó la frente,
que os redujo la cabeza.
Árboles que vuestro afán
consagró al centro del día
eran principio de un pan
que sólo el otro comía.
¡Cuántos siglos de aceituna,
los pies y las manos presos,
sol a sol y luna a luna,
pesan sobre vuestros huesos!
Andaluces de Jaén,
aceituneros altivos,
pregunta mi alma: ¿de quién,
de quién son estos olivos?
Jaén, levántate brava
sobre tus piedras lunares,
no vayas a ser esclava
con todos tus olivares.
Dentro de la claridad
del aceite y sus aromas,
indican tu libertad
la libertad de tus lomas.
Hola Laura: Y luego producto de vuestro esfuerzo saldrá el aceite tan rico, tan sabroso, tan natural.
ResponderEliminarGracias por compartir.
Besos, Montserrat
Si Montserrat, tu lo has probado cuando viniste a esta casa. Ya conoces la diferencia entre lo bueno y lo mejor. Digo esto porque no me cabe la menor duda que el aceite virgen extra de cualquier productor, es considerado el mas bueno para él.
Eliminar¿Porqué digo entonces que es el mejor?, porque lo cuidamos con todo el amor del mundo, no utilizamos pesticidas,ni plaguicidas, abonamos la tierra con abonos naturales, labramos cuando es el momento mirando las predicciones meteorológicas para que llueva y los nutrientes penetren en los días sucesivos. Para la poda Vicent utiliza su sierra bien afilada para hacer el menor daño posible.
Y ya ves como las recogemos, peinando al árbol, en el punto exacto de maduración. Y luego en la almazara se procesa toda nuestra producción en el momento, no se deja que las olivas fermenten y se hace la extracción en frío, es verdad que se extrae menos cantidad de aceite, pero es puro zumo de nuestras aceitunas, por eso cuidamos tanto el producto. Le ponemos todo nuestro amor.
Gracias a ti.
Besos
Hola niña, paso volando por aquí para sonreir al leer lo del quinto principio del Kybalion, te podrás imaginar que vivo a la sombra y a la práctica de dicha obrita desde hace décadas, jajjj, de ahí estos lodos, porque claro una cosa es leerlo, otra distinta entenderlo, y finalmente lo mejor de todo deviene en aplicarlos, todos. Ahhh si todo el mundo pudiera hacerlo, cuan diferente sería. ... pero mira que la sabiduría verdadera es antigua, antigua de narices, y aun andamos de esta manera. En fin, tanto se podría escribir al respecto que daría para más de una biblioteca.
ResponderEliminarLas imágenes muy buenas, y vuelvo a sonreir con lo de la almazara .... me has hecho recordar mi sacrosanta infancia en la almazara que algunos de mis tíos tenían en el valle del Vinalopó, mi tío Alejandro para más señas. Veo a una niña trepando un montículo adyacente y tratando de "salvar" a un cachorrito de pastor alemán, o algo parecido al tiempo que su primo algo menor, Juan Carlos, conretamente, perdía el pié y caía rodando detrás suyo. Algunos acusaron a la enana de haberle empujado, pero bien sabía él que no había sido así sino que no consiguió alcanzarla y cayo haciendose una enorme brecha en la frente. Quizás de resultas de semejante acontecimiento acabó cursando la carrera de medicina y tal... Al final el perrito fue rescatado ;) .Besos.
Bueno Eme, me alegra que la filosofía sea la base de tu estructura vital. Y que esta entrada te haya traído imágenes de "tu almazara infantil", es agradable recordar lo que queda en nuestras vidas del olor genuino de la infancia. Esos recuerdos son irrepetibles.
EliminarUn abrazo
Yo he probado ese delicioso aceite..
ResponderEliminarGracias, Laura.
Si, si lo recuerdo y de las almendras que me compraste.
EliminarEste año no hemos tenido almendras ni para hacer la coca de almendra que se hace por navidad. Los almendros son siempre hermosos pero un poco tontos, florecen en el momento que hay un poco de sol, después viene una helada tardía y ¡ adiós muy buenas!, sin almendras.
Los olivos son tan distintos, les cuesta crecer, pero no piden nada, crecen entre piedras, retuercen sus troncos para adaptarse a los vientos, a las aguas. Son realmente árboles con un fuerte espíritu.
De nada, lo principal es disfrutar y compartir lo bueno que la vida nos da.
Un abrazo
¡Cómo me gustan los colores de las olivas! y ¡cuántas veces he participado en ese ceremonial!, es agotador pero enormemente gratificante. El año pasado el viento lo complicó todo bastante y, además, los años no pasan en balde, ¡se notan una barbaridad!, hasta en las pestañas tenía agujetas, el estar desentrenada es lo que tiene.
ResponderEliminarUn día estupendo de sol aunque frío y los actores de la peli estáis estupendos. Las fotos también estupendas. Y con ésto y una tostadita de pan con aceite de la cosecha, hasta el año que viene, d.m. Buen trabajo. Saludos a los chicos de la cuadrilla.
Besos
Aparentemente lo que se ve parece un juego, pero quien ha probado recoger la oliva sabe lo duro que puede llegar a ser, por la mañana el rocía lo cubre todo y hace un frío tremendo a -4º, no te puedes poner guantes porque se mojan de la humedad de la noche, cada vez que peinas te cae encima de tu cabeza, a modo xirimiri, toda el agua de los olivos, se te entumecen las manos y los lomos.
EliminarTu has probado lo duro que es poner mantas y que se las lleve el aire, una y otra vez.
Lo cuentas muy bien, es paradójico, sientes dolor en todo el cuerpo pero te entra la satisfacción del trabajo bien hecho.
Por eso hago ese homenaje a los aceituneros andaluces, si teniendo que trabajar tan poco como lo hacemos aquí, tuviéramos que hacer lo que hacen ellos y por salarios de mierda para que otros se vuelvan ricos pues me toca...
Continúo pensando en que los de Marinadela tiene razón, ¡ la tierra para quién la trabaje!.
Besos
Como he disfrutado de este post Laura, es tan hermoso ver que hay personas que hacen esto con amor.
ResponderEliminarMe encanta!
Besos
Todo lo que se hace con Amor sale bueno, aunque amar nunca fue fácil, requiere esfuerzo, constancia, paciencia, tratar con respeto lo que se hace, después solo es disfrute.
EliminarGracias.
Un abrazo
Laura, en este instante de calma vengo a tu blog para disfrutar poco a poco de las buenas fotos y de esta crónica de la recolecta de aceitunas. Me imagino el sabor de vuestro aceite con esas tostaditas y yo les untaría ademas un toque suave de ajo por el pan.¡qué rico! Besos.
ResponderEliminarAlgunas veces restriego las tostadas como dices, otras les pongo tomate, del huerto, triturado con ajo y perejil fresco o albahaca, otras aceite con un poco de queso de cabra, en fin hay muchas formas de combinarlo, la base es la calidad del aceite. No nos interesa producir y vender, solo consumir lo que trabajamos y lo que se obtiene de la venta se utiliza en el propio campo, que tiene su cartilla de ahorros a parte, de ahí se pagan abonos, podas, jornales..., la tierra hay que cuidarla.
EliminarBesos también para ti
Me ha parecido muy didáctica esta entrada. E interesante. Ver el proceso del aceite desde la recogida de la aceituna hasta que se convierte en el oro líquido que es me ha gustado.
ResponderEliminarSé que tú, con tu carácter y tu apego a la tierra, has disfrutado este proceso. Además se te nota en las fotos.
Gracias por esta preciosa información de uno de los mayores lujos que producimos en nuestra España. ¿Qué sería de nosotros sin aceite? No puedo imaginar nuestros guisos, sofritos y fritos sin él, el aderezo generoso en ensaladas, verduras cocidas, tostadas y un sinfín más de preparaciones.
Qué rico debe estar, querida Laura. Disfrútalo.
Hace unos días nos regaló mi cuñado aceite de sus aceitunas, una vez pasado por la almazara, y está riquísimo.
Somos ricas, pues riqueza es disfrutar de este placer del aceite.
Un beso enorme.
Tampoco yo puedo imaginar un guiso sin el aceite de casa, o una ensalada.
EliminarSi Isabel, somos ricas con lo que somos y después de conocerte en persona, también siento la riqueza de tu humildad. Tu interior bulle a velocidades de vértigo mientras tu traje se queda quieto observando todo como no creyendo lo que ve.
Es un placer leerte y conocerte ha sido otro regalo, espero volver a verte pronto.
Un fuerte abrazo
Qué maravilla. No sé qué libro leí sobre aceituneros en España. Debo repasar. Será Valle >Inclán o quizá el viejo Umbral, no lo recuerdo, pero me encanta este ambiente de trabajo, sobre todo para no pensar en nimiedades. Un abrazo.
ResponderEliminarCasi todos los escritores españoles han hecho alusión, en algún momento de sus letras, a los aceituneros españoles, desde mucho antes de los fenicios, el aceite del Mediterráneo ya se extendía por este continente.
EliminarSin duda, para mi, el máximo exponente y quien mejor refleja el carácter y la vida de los aceituneros de este país es Miguel Hernandez- tienes su poema cantado y escrito en ésta entrada.
Cada vez que oigo a Paco Ibañez se me ponen los pelos de punta y lloro de emoción. ¡Cuantas veces habré cantado esta canción!.
Un abrazo
Que entrada mas hermosa y didáctica !!!me ha encantado!!!!! las fotos, los comentarios.............
ResponderEliminarUn abrazo muy fuerte.
Trabajar el campo es duro pero gratificante. Ya tenemos la cosecha recogida, así que ya no nos preocupamos de heladas y vientos.
EliminarVivir con los ritmos que marca la naturaleza es una opción sana de cuerpo, aunque duela un poco,y de mente.
Un abrazo
Yo soy de Jaén, este fin de semana he estado recogiendo la aceituna de unos pocos olivos que tiene mi padre y te puedo asegurar que si no estás acostumbrado a esta faena acabas rendido...jajaja
ResponderEliminarUn saludo Laura.
Pero después que sensación mas sana ¿verdad?, todo el día en el campo y en relación con la tierra, con el sol, con el aire.
EliminarTodo fluye Salva, tenemos mucha suerte por poder vivir de esta manera.
Un saludo.