Siempre la claridad viene del cielo;es un don: no se halla entre las cosas sino muy por encima, y las ocupa haciendo de ello vida y labor propias.
Así amanece el día; así la noche cierra el gran aposento de sus sombras.(CLAUDIO RODRÍGUEZ)
De tus ojos, sólo de ellos, sale la luz que te guía los pasos. Andas por lo que ves. Nada más.(PEDRO SALINAS)
Disfruta de lo que tienes, recibe lo que venga, crea e inventa lo que necesites, haz sólo lo que puedas, y fundamentalmente celebra lo que tengas.
Tenían razón aquellos locos: Seamos realistas, hagamos lo imposible, repetían imitando al Che, rebeldes con causa en medio de la nada que vivían; ni imaginaban hasta dónde les podría llevar aquel ímpetu.
No somos dignos herederos de todo aquello, pero disfrutamos de lo que nos legaron como empeño y como tarea. Ese es el camino que ahora recorremos.
"En estos tiempos es más fácil destruir un átomo que un prejuicio", es sin embargo una verdad que nos aplasta.
No sé hasta qué punto somos lo que hemos vivido. Sí creo que nuestro presente está transido de futuro. Y el futuro es irrenunciable.
Laura, “el que la sigue…, la consigue”, aunque ningún trabajo sea de balde.
(Te ha quedado muy bien, pero aún puedes mejorarlo si ajustas las medidas del vídeo, cuyos números están en el texto que has incrustado, para que encaje en el espacio del blog.)
Le escribo un comentario a María Jesús citando a Claudio Rodríguez y luego entro a dar una vuelta por los blogs que ella aconseja. Te juro que fue en ese orden y no al revés. Primero me entretengo con tu poesía y grito contigo cuando tu gritas, por los mismos motivos. Y luego subo para arriba y leo casi lo mismo que acababa de copiarle a María Jesús una horita antes. La vida tiene unos momentos que tela marinera... Felicidades por el blog.
Cuanta sutileza en vuestros comentarios, ahora no necesito defenderme, porque he aprendido a poner límites, en el pasado si.
Como casi todas las mujeres, de una manera u otra hemos tenido que defendernos, en algunos casos con uñas y dientes, pero los abusadores siempre pierden y las víctimas ganamos. La debilidad del pasado se convierte en fortaleza en el presente, la mirada se hace profunda y te hermana a tu género, y de ese hermanamiento nace la comprensión, la ternura, el acercamiento a la madre, a la hermana, a la hija, nada de lo que les suceda pasa desapercibido para la mirada atenta del resto de las mujeres; así cuando ves una mirada enseguida te percatas de lo que sucede, y dás gracias a aquello que pasó en el pasado porque hoy NO DEJAS QUE SUCEDA, LO PARAS EN SECO Y si se puede REPARAS O AYUDAS A REPARAR EL DAÑO.
Por eso el pasado es una bendición, porque nos hace fuertes y sabias.
Para MªJesús y Eastriver, me haceís muy feliz al sentaros en éste banco del jardín, podemos compartir lecturas mientras hablamos de cómo compostar para el huerto, o hacer unas buenas verduras a la plancha. Bienvenidos de nuevo. Un abrazo.
No estoy tan segura como tú, Laurita, de que el pasado sea una bendición, más que nada porque el resultado no siempre es el que dices: más fuertes y más sabias, hummm tengo mis dudas (en mi caso digo, no me veo así). Y en caso de que así sea es un rollo porque me/nos pilla sin las fuerzas necesarias para hacer lo que sí podía/mos cuando tenía/mos los veinte, los treinta y hasta los cuarenta... un rollo ya digo.
(hoy me dio el pesimismo, será por que en Madrid todo está gris)
Hermana querida, te ha entrado la tontuna, mírate treinta años atras, ¿me quieres decir que hoy no eres más sabia, más fuerte?, no te creo, la Julia de hoy es inmensamente más de todo, ¡entérate de una vez por todas!, será el día gris de Madrid. Pues será. Un abrazo de los gordos.
Puede que el transcurrir de años y acontecimientos, las tantas luchas y conquistas cuyos resultados ahora parecen insuficientes, y este presente tan descorazonador al que asistís l@s que tuvisteis un pasado de grandes anhelos (históricos, sobre todo), puede que todo eso (y mucho más) haya contribuido a que ahora te sientas más "blandita".
Pero el abandono de la dureza (entendida como rigidez) es fundamental para que la fuerza funcione: como aquello que dicen del junco, que de tan flexible nunca se rompe, aunque la menor brisilla lo azote.
A lo mejor te sientes azotada por las brisillas, pero a mí también me pasa. Somos fruto de nuestro tiempo: nuestro camino no es sólo el de la vida propia sino también el recorrido por lo que se cuece en el presente inmediato (la Historia).
Reaccionaste con dureza cuando los tiempos exigían duras corazas para poder avanzar sin grandes daños; ahora se requiere blandura para flexionarse ante los vientos intentando no quebrarnos ni ser arrancados de cuajo. Bueno, blandura, y raíces profundas a las que agarrarse.
A mí me instalaron el pack completo con el cambio de milenio, a vosotras os están haciendo progresivas actualizaciones en las que cada vez el menú contempla menos opciones: han desactivado todo lo relativo a luchas (especialmente las desinteresadas y colectivas: aquello que a los vuestros les salió tan espontáneo); la aplicación "quejas" ya no remite al servidor sino a una zona de barullo universal; eso sí, el apartado "pasatiempos" está plagadito de quehaceres con los que nutrir esa especie de HiperYo en que nos hemos convertido. ("Nos" alude a la humanidad presente primermundista, y probablemente excluya a los que pasean por jardines como este).
Laura, espero disculpes mi ausencia, prometo aplicarme y venir más a menudo a compartir estos soliloquios que me corren por las venas.
Un abrazo muy fuerte para las dos (uno a cada una).
¡Como me gusta leerte! Clara, tan profunda y como tu nombre clarísima, la comprensión no solo está en la razón también y fundamentalmente en la emoción, en eso que llaman inteligencia emocional. No hay nada que disculpar, pero no lo hagas tan largo, te recuerdo que es un placer leerte y espero siempre tus opiniones tan lúcidas. Otro abrazo para ti
Yo también me declaro viva y no rentable, porque cada detalle, por pequeño que sea, me ayuda a ser feliz.
ResponderEliminarTambién a mi (como a todo ser humano) el pasado me ayudó a ser como soy.
Y hoy soy feliz porque nos hemos encontrado.
Es una colección de fotos preciosas y un montón de verdades humanas. Gracias por compartirlo.
ResponderEliminarDisfruta de lo que tienes, recibe lo que venga, crea e inventa lo que necesites, haz sólo lo que puedas, y fundamentalmente celebra lo que tengas.
ResponderEliminarTenían razón aquellos locos: Seamos realistas, hagamos lo imposible, repetían imitando al Che, rebeldes con causa en medio de la nada que vivían; ni imaginaban hasta dónde les podría llevar aquel ímpetu.
No somos dignos herederos de todo aquello, pero disfrutamos de lo que nos legaron como empeño y como tarea. Ese es el camino que ahora recorremos.
"En estos tiempos es más fácil destruir un átomo que un prejuicio", es sin embargo una verdad que nos aplasta.
No sé hasta qué punto somos lo que hemos vivido. Sí creo que nuestro presente está transido de futuro. Y el futuro es irrenunciable.
Laura, “el que la sigue…, la consigue”, aunque ningún trabajo sea de balde.
(Te ha quedado muy bien, pero aún puedes mejorarlo si ajustas las medidas del vídeo, cuyos números están en el texto que has incrustado, para que encaje en el espacio del blog.)
Le escribo un comentario a María Jesús citando a Claudio Rodríguez y luego entro a dar una vuelta por los blogs que ella aconseja. Te juro que fue en ese orden y no al revés. Primero me entretengo con tu poesía y grito contigo cuando tu gritas, por los mismos motivos. Y luego subo para arriba y leo casi lo mismo que acababa de copiarle a María Jesús una horita antes. La vida tiene unos momentos que tela marinera... Felicidades por el blog.
ResponderEliminarLaurita, ¿estás defiéndote? ¿De quién? ¿Necesitas ayuda en esa defensa?
ResponderEliminarNo, mujer. Estáte tranquila. Nadie te acusa. Todo está en paz.
Cuanta sutileza en vuestros comentarios, ahora no necesito defenderme, porque he aprendido a poner límites, en el pasado si.
ResponderEliminarComo casi todas las mujeres, de una manera u otra hemos tenido que defendernos, en algunos casos con uñas y dientes, pero los abusadores siempre pierden y las víctimas ganamos.
La debilidad del pasado se convierte en fortaleza en el presente, la mirada se hace profunda y te hermana a tu género, y de ese hermanamiento nace la comprensión, la ternura, el acercamiento a la madre, a la hermana, a la hija, nada de lo que les suceda pasa desapercibido para la mirada atenta del resto de las mujeres; así cuando ves una mirada enseguida te percatas de lo que sucede, y dás gracias a aquello que pasó en el pasado porque hoy NO DEJAS QUE SUCEDA, LO PARAS EN SECO Y si se puede REPARAS O AYUDAS A REPARAR EL DAÑO.
Por eso el pasado es una bendición, porque nos hace fuertes y sabias.
Para MªJesús y Eastriver, me haceís muy feliz al sentaros en éste banco del jardín, podemos compartir lecturas mientras hablamos de cómo compostar para el huerto, o hacer unas buenas verduras a la plancha. Bienvenidos de nuevo. Un abrazo.
ResponderEliminarNo estoy tan segura como tú, Laurita, de que el pasado sea una bendición, más que nada porque el resultado no siempre es el que dices: más fuertes y más sabias, hummm tengo mis dudas (en mi caso digo, no me veo así). Y en caso de que así sea es un rollo porque me/nos pilla sin las fuerzas necesarias para hacer lo que sí podía/mos cuando tenía/mos los veinte, los treinta y hasta los cuarenta... un rollo ya digo.
ResponderEliminar(hoy me dio el pesimismo, será por que en Madrid todo está gris)
Besos
Hermana querida, te ha entrado la tontuna, mírate treinta años atras, ¿me quieres decir que hoy no eres más sabia, más fuerte?, no te creo, la Julia de hoy es inmensamente más de todo, ¡entérate de una vez por todas!, será el día gris de Madrid. Pues será. Un abrazo de los gordos.
ResponderEliminarMami, ¿estarás confundiendo "fuerte" con "dura"?
ResponderEliminarPuede que el transcurrir de años y acontecimientos, las tantas luchas y conquistas cuyos resultados ahora parecen insuficientes, y este presente tan descorazonador al que asistís l@s que tuvisteis un pasado de grandes anhelos (históricos, sobre todo), puede que todo eso (y mucho más) haya contribuido a que ahora te sientas más "blandita".
Pero el abandono de la dureza (entendida como rigidez) es fundamental para que la fuerza funcione: como aquello que dicen del junco, que de tan flexible nunca se rompe, aunque la menor brisilla lo azote.
A lo mejor te sientes azotada por las brisillas, pero a mí también me pasa. Somos fruto de nuestro tiempo: nuestro camino no es sólo el de la vida propia sino también el recorrido por lo que se cuece en el presente inmediato (la Historia).
Reaccionaste con dureza cuando los tiempos exigían duras corazas para poder avanzar sin grandes daños; ahora se requiere blandura para flexionarse ante los vientos intentando no quebrarnos ni ser arrancados de cuajo. Bueno, blandura, y raíces profundas a las que agarrarse.
A mí me instalaron el pack completo con el cambio de milenio, a vosotras os están haciendo progresivas actualizaciones en las que cada vez el menú contempla menos opciones: han desactivado todo lo relativo a luchas (especialmente las desinteresadas y colectivas: aquello que a los vuestros les salió tan espontáneo); la aplicación "quejas" ya no remite al servidor sino a una zona de barullo universal; eso sí, el apartado "pasatiempos" está plagadito de quehaceres con los que nutrir esa especie de HiperYo en que nos hemos convertido. ("Nos" alude a la humanidad presente primermundista, y probablemente excluya a los que pasean por jardines como este).
Laura, espero disculpes mi ausencia, prometo aplicarme y venir más a menudo a compartir estos soliloquios que me corren por las venas.
Un abrazo muy fuerte para las dos (uno a cada una).
¡Como me gusta leerte! Clara, tan profunda y como tu nombre clarísima, la comprensión no solo está en la razón también y fundamentalmente en la emoción, en eso que llaman inteligencia emocional.
ResponderEliminarNo hay nada que disculpar, pero no lo hagas tan largo, te recuerdo que es un placer leerte y espero siempre tus opiniones tan lúcidas.
Otro abrazo para ti